Jorge Gamarra es uno de los grandes escultores contemporáneos argentinos. Creador de un lenguaje único y personal, son las maderas y las piedras duras sus materiales predilectos. Sus formas son sintéticas, volúmenes puros y compactos. Imprime al material torsiones y cortes, ritmos curvos orgánicos, hasta conseguir superficies suavemente modeladas en las que se desliza la luz. Nos cuenta Gamarra: “Apunto al despojamiento de la forma y su síntesis. Una de mis intenciones es hacerle decir al material algo que le es totalmente ajeno y crear en el espectador una especie de desconcierto. Cuando éste observa que una masa de mucho volumen se doblega o que una presión ejercida sobre un prisma deja su impronta y lo modifica, se crea una realidad inexistente, dado que sería imposible trasmutar esos cuerpos sólidos en cuerpos blandos.” Y el desconcierto realmente sucede frente a sus bloques que se “desprenden”, “retuercen”, se “pliegan” o se “doblan” con la fuerza que ejercen otros elementos que dejan su huella.
«Para crear, necesito sortear dificultades y problemas, logrando todos los días pequeñas y hasta modestas invenciones y descubrimientos técnicos que son siempre personales, y respetando siempre los materiales y mis adoradas herramientas que son la prolongación de mis manos.”
Nacido en Buenos Aires en 1939, su vocación artística sufrió una larga postergación. Obligado por sus padres estudia Ciencias Industriales, y al terminar la carrera se
independiza y comienza a viajar por el país, ganándose la vida mediante la realización de las más variadas actividades.
Después de casarse se radica en Buenos Aires y por más de una década debe trabajar en una compañía de seguros, aunque por las noches comienza a esculpir.
Al principio sólo expone en Premios y Salones y cuando cuenta 34 años realiza su primera exposición individual en la Galería de Arte Aplicada en San Pablo, Brasil.
Trabajó el acrílico, la madera, el bronce, el hierro o sogas. Y últimamente también trabaja en piedra y granito de diferentes zonas del país y de América.
Ha obtenido los premios más importantes tanto en nuestro país como en el exterior, entre los que se destacan el Premio Palanza (1981), otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes; el Primer Premio del Concurso Internacional de Escultura en Madera (1991), que se realiza anualmente en Resistencia, Chaco; y el Gran Premio de Honor del Salón Nacional (1996).
Año: 2000
Técnica: Granito
Medidas: 200 x 110 cm